
Tres bombarderos B-52 estadounidenses despegaron de la base aérea de Barksdale, en el estado de Luisiana, el miércoles pasado y volaron hacia el sur, hacia el Caribe.
Por: Financial Times
Los aviones, considerados la columna vertebral de la flota estadounidense de bombarderos estratégicos, pueden lanzar una mayor variedad de bombas y misiles que cualquier otra aeronave estadounidense. Procedieron a sobrevolar la costa venezolana, no lejos de Maiquetía, el principal aeropuerto de Caracas.
Los expertos dijeron que la gira de los B-52 tenía como objetivo principal enviar una señal a un hombre: Nicolás Maduro.
«Creo que solo intentamos enviarle a Maduro el mensaje de que ‘podemos desplegarnos, podemos hacer lo que queramos’», dijo un exoficial militar de alto rango. Fue una proyección de poder «diseñada para indicar que estamos atentos, que tenemos la capacidad y que se la estamos demostrando».
Cerca de Venezuela, cuyo régimen socialista ha estado en conflicto con Washington durante mucho tiempo, Estados Unidos ha llevado a cabo su mayor despliegue militar en el Caribe en décadas. Cerca de 10.000 soldados, ocho buques de guerra, un submarino nuclear de ataque rápido y aviones de combate F-35 se han desplegado en la región desde agosto. La operación parece indefinida, sin fecha de finalización aún.
El régimen venezolano, rico en petróleo, ha suscitado temores de una invasión estadounidense, pero las fuerzas estadounidenses en la región no son suficientes para una invasión a gran escala, según expertos. Más bien, parecen estar destinadas tanto a combatir el narcotráfico —el propósito declarado de la administración Trump— como a presionar para que Maduro abandone el poder , según exfuncionarios de defensa, analistas militares y expertos regionales.
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