Durante la década de los ochenta, en Caracas había un grafiti que se repetía en calles, baños públicos e incluso en los pupitres de las escuelas. El corazón dentro de una señal de prohibido fue por mucho tiempo sinónimo de rebeldía juvenil, de antipatía por el sistema, y sobre todo, el símbolo que identificó a la agrupación de rock venezolano Sentimiento Muerto, desde su etapa más underground en los bares capitalinos hasta su ascenso a la cima del éxito comercial.
Han pasado 33 años desde la disolución de la banda, que estuvo activa entre 1981 y 1992, pero su espíritu sigue vigente dentro de la movida del rock venezolano, traspasando generaciones. Por eso el 29 de octubre el bar Dos Puntos, en Caracas, congregó a decenas de fanáticos para revivir por una noche su música a través del grupo The Clutch y una selección de DJs. Un ambiente ameno y confortable que quizás contrastaba con la estridencia punk de los locales ochenteros en los que crecieron.
Aun así, fue el espacio propicio para el anuncio que los exintegrantes de Sentimiento Muerto tenían preparado: el lanzamiento de Ni antes ni después, el libro con la historia de la banda recogida a través de fotografías y testimonios inéditos. José «Pingüino» Echezuría, exguitarrista, indicó durante la rueda de prensa previa a la fiesta que se trata de una edición especial limitada para la cual se imprimieron 120 copias de tapa dura.
“Yo estimo que esta edición se agotará relativamente rápido, porque hemos recibido mucho interés, pero ya mandamos a fabricar una segunda edición”, agregó a su vez Alberto Cabello, exbaterista de Sentimiento Muerto.
El libro estará a la venta en la página web de la banda, así como en la tienda de Dos Puntos, en la tercera avenida de Los Palos Grandes, municipio Chacao. Igualmente, en la tienda digital de vinilos More Discos también se podrá adquirir con envíos desde Estados Unidos a cualquier país. Echezuría comentó que el libro trae un certificado de autenticidad y, como regalo, un parche original de Sentimiento Muerto hecho durante sus años de actividad, y que en esa época eran populares en las chaquetas y morrales de sus fans.
El libro

El lanzamiento de Ni antes ni después contó con la presencia de una parte los integrantes de Sentimiento Muerto, ahora separados más por la distancia que por otras razones. En el local estaba Ervin “Wincho” Schafer, bajista entre 1983 y 1991, mientras que Cabello y Pingüino se conectaron por videollamada desde Canadá. Los acompañó desde Miami, Estados Unidos, Andrés Otero, quien fue el coproductor del libro.
Echezuría comentó que originalmente la intención de la banda era lanzar un box set conmemorativo con fotografías y canciones inéditas, pero no fue viable económicamente. En cambio, se encargó junto a Cabello y Otero de desarrollar el proyecto de un libro de fotografías, que más adelante terminó recogiendo toda la historia de la banda a través de fotos, recortes de prensa, pósters y testimonios que reviven los momentos más importantes de la banda desde su fundación hasta su disolución. También hace un homenaje a Carlos Eduardo “Cayayo” Troconis, cofundador y guitarrista de Sentimiento Muerto, así como de otras bandas icónicas como Dermis Tatú y PAN, y quien falleció el 17 de noviembre de 1999, a los 31 años de edad.

En entrevista para El Diario, Alberto Cabello señaló que el proceso de recopilación del material para el libro tomó varios años, pues debieron hacer memoria e investigar sobre su propia historia, recordando sesiones, entrevistas y toques, para luego buscar a los fotógrafos que alguna vez los retrataron. Añadió que resultó una tarea difícil, pues varios estaban residenciados en diferentes países.
“En algunos casos encontrábamos a la persona, pero nos decía que el material se perdió o no sabían dónde estaba, cualquier cantidad de cuentos. Y muchos otros los encontramos, les planteamos el proyecto y nos dieron el permiso incluso de usar los originales y no la copia de la copia”, dijo.
Historia en imágenes

Una vez recogieron el material, el reto fue juntar todo el material y ver cómo lo ordenaban. “Ahí decidimos que la mejor manera era seguir cronológicamente y ahí nos dimos cuenta que el libro que comenzó como un coffee table book, o sea un libro de mesa de fotos, se convirtió en una especie de biografía gráfica”, apuntó.
Explicó que cada capítulo del libro se corresponde con una era particular de la banda y con las diferentes formaciones de miembros que pasaron por allí. Fue creada en 1981 por Cabello, Cayayo Troconis, el vocalista Pablo Dagnino y el guitarrista Luis Poleo. Eran apenas unos adolescentes (Cayayo tenía solo 13 años de edad y Dagnino 15), influenciados por bandas de punk como Sex Pistols y The Cure, y que expresaban su inconformidad con la sociedad en canciones llenas de ideas anarquistas escritas por Cabello.

Poleo salió de la banda y en 1983 se unen Wincho y Édgar Jiménez. Es a partir de este punto que se convierten en un grupo de culto en la movida rockera caraqueña, llenando clubes nocturnos y espacios como el estudio Mata de Coco. Las grabaciones de sus conciertos pasaban de cassette en cassette, hasta firmar contrato con el sello discográfico SonoRodven, algo hasta entonces inédito para una banda de rock juvenil, publicando en 1987 su primer álbum El amor ya no existe, producido por el músico argentino Fito Páez.
En entrevista para El Diario, Wincho Schafer recordó que por esos años hicieron “todo lo que una banda tiene que hacer para poner su nombre en el mapa”, como tocar en bares, fiestas e incluso verbenas. “Fuimos muy afortunados porque llegamos en un momento en que había como un público buscando un sonido diferente en lo que era el pop venezolano y nos tocó hacer un poquito de ese trabajo”, apuntó.
Y todo ese trabajo, y esa historia aparece en el libro. “Va siguiendo la evolución de la banda y tú también puedes ver no solamente la evolución de formación de los miembros, sino también de la imagen: cómo se va puliendo, cómo el artista va creciendo. Cómo de ser un grupo de amigos, pasaron a ser artistas con una imagen actualizada e internacional, con profundidad”, acotó Cabello.
Joya perdida

El 5 de septiembre de 2025, Sentimiento Muerto lanzó en plataformas de streaming su disco En Vivo NYC 1990. Sus nueve canciones pertenecen al repertorio de su concierto en el club CBGB, de Nueva York, Estados Unidos, que esa época era la Meca del punk y new wave estadounidense, con artistas de la talla de Ramones, Blondie, Patti Smith, The Police y Talking Heads en su escenario.
Pablo, Cayayo, Wincho y Pingüino, ahora con el baterista Sebastián Araujo, llegaron a Manhattan en mayo de 1990 para hacer historia como los primeros venezolanos en tocar en el legendario bar. Durante la fiesta de Ni antes ni después, David Rondón, creador de More Discos, anunció el lanzamiento de una edición especial en vinilo de En Vivo NYC 1990, la cual se puede comprar en su plataforma digital.

Cabello, quien fungió como coproductor del disco, contó que durante mucho tiempo creyeron perdida la grabación del concierto en el CBGB. De sus 40 minutos de duración, apenas se salvaron algunos extractos recogidos para el videoclip del tema “El payaso”, así como algunas copias informales hechas por un grupo de fans venezolanos que de casualidad estuvieron allí esa noche. Sin embargo, durante la investigación para el libro, encontró la pista de audio original.
“Cuando yo la escucho, llamo a Pingüino y le digo ‘este es uno de los mejores momentos de la banda. O sea, está tocando, no está apurada, está desenfadada y todos están cómodos en su piel. Es un buen momento de madurez en la evolución de Sentimiento Muerto”, resaltó.
Pioneros

Wincho Schafer tenía 23 años de edad cuando tocó en el CBGB. Si bien no la considera la presentación más icónica de Sentimiento Muerto, pues apenas compartieron tarima con otros grupos locales poco conocidos, sí marcó uno de los puntos de inflexión más importantes en su crecimiento como artistas, abriendo a su vez las puertas para toda una generación posterior de rockeros venezolanos.
Explicó que en ese momento habían grabado para SonoRodven su segundo disco Sin sombra no hay luz, que salió en noviembre de 1989. Para ese entonces ya eran una banda consolidada, con apariciones en la radio y televisión venezolana, así como shows icónicos como Encuentro en el ruedo, que los reunió el 30 de septiembre de 1989 en el Nuevo Circo de Caracas con Zapato 3 y Desorden Público, haciendo retumbar la ciudad para la posteridad.
Precisamente con el fin de promocionar el nuevo álbum, la disquera los mandó a Nueva York para grabar un video musical de su sencillo “El payaso”. Ya otros artistas venezolanos como Daiquirí habían grabado videoclips antes, pero era raro para bandas de rock, y más con todo un proceso de rodaje en el extranjero.

“Sería impensable hoy en día que un sello te diga ‘mira, vamos a gastar un montón de plata y los vamos a mandar a Nueva York una semana a hacer un video. Entonces la verdad nos sentíamos como estrellitas de rock”, bromeó Wincho, riéndose bajo las luces tenues del bar Dos Puntos.
El videoclip fue dirigido por Juan Carlos de los Ríos, quien con el equipo de la banda consiguió durante esa semana el show en el CBGB y aprovechó de filmar las partes que luego se incorporaron al metraje. Lo que los jóvenes no se esperaban era que De los Ríos también tenía contactos con la cadena de televisión MTV, la cual estaba en su edad de oro como máxima vitrina de la cultura pop del momento. Así salieron en el programa MTV Internacional, siendo la primera banda venezolana en aparecer en ese canal años antes de la creación de MTV Latinoamérica en 1993.
El sentimiento ha muerto

En 1988, Alberto Cabello se separó de Sentimiento Muerto para estudiar Producción e Ingeniería musical en el Berklee College of Music de Estados Unidos, siendo sustituido por Sebastián Araujo. Un año antes, Édgar Jiménez había dejado también la banda, tras la grabación de El amor no existe. Sin embargo, a pesar de estar lejos, Cabello siguió animando a sus amigos y siendo testigo en primera fila del proyecto que vio nacer.
De hecho, señaló que cuando el grupo tocó en el club CBGB, estuvo allí apoyándolos en el público. En toda la trayectoria de la banda, el baterista destacó como uno de los principales letristas de sus canciones, no solo en sus comienzos underground, sino incluso en varios de los éxitos de los discos posteriores a su salida. Por eso, apuntó que fue emocionante ver esa noche a sus compañeros tocar varios de los temas escritos por él, como “Manos frías” o “Resiste”.
“Para mí era un orgullo y una celebración, tanto así, que todos estos años después lo sigo haciendo. Fue un proyecto que marcó mis años de adolescencia y que de alguna manera me ha acompañado toda la vida”, indicó.

Por su parte, Wincho se separó del grupo poco después de ese concierto en Nueva York, siendo reemplazado por Héctor Castillo para la producción del tercer y último disco, Infecto de afecto (1991). Un año después, en septiembre de 1992, los miembros restantes anunciaron la disolución de Sentimiento Muerto, tomando caminos artísticos diferentes.
“Siempre en todas las bandas van a haber fricciones, porque hay como diferencias de personalidad que siempre van a existir más allá del estilo. Sea una banda de salsa, merengue o de reguetón, eventualmente te puedes cansar de trabajar con los mismos colegas, o te puedes cansar de tocar el mismo repertorio. Sé que la música también es un negocio, pero depende de las preferencias de cada quien”, opinó Schafer al respecto.
Resurrección

Tras la separación de Sentimiento Muerto, Cayayo, Héctor Castillo y Sebastián Araujo formaron Dermis Tatú, volviendo a sus orígenes underground y siendo otra banda de culto activa entre 1992 y 1998. Cayayo murió por un paro respiratorio provocado por una sobredosis el 17 de noviembre de 1999, horas antes de presentarse con su banda PAN en el ciclo de conciertos Miércoles Insólitos, que organizaba para promover el rock emergente en la ciudad.
Por su parte, Pablo Dagnino lanzó un disco en solitario para luego fundar Los Píxel en el año 2000. Wincho estudió en el Berklee College y al regresar al país participó en diferentes proyectos antes de construir también su carrera solista. Cabello ha tenido una prolífica carrera como productor, consultor de comunicaciones y activista social, destacando en la década de los noventa como representante de Los Amigos Invisibles. Finalmente, Pingüino formó el grupo La Calle, que ganó el Festival de Nuevas Bandas 1994, en su primera edición competitiva.
En la fiesta de lanzamiento de Ni antes ni después, uno de los invitados fue el bajista de Desorden Público, José Luis “Caplís” Chacín, quien animó a Cabello, Pingüino y Wincho a reunirse con el resto de miembros para resucitar a la banda. Hasta la fecha, solo Dagnino ha mantenido un proyecto tributo llamado El último sentimiento, con algunas presentaciones puntuales, como el reciente festival Rocklandia el 11 de octubre de 2025 en la Concha Acústica de Bello Monte. Sin embargo, Caplís fue más efusivo en su propuesta: quiere ver al Sentimiento Muerto original otra vez componiendo en los estudios.

Los músicos confesaron que les gustaría la idea, aunque actualmente la distancia y las agendas distintas de cada uno les impiden reunirse con la diligencia necesaria para hacer un disco. Acotaron, además, que actualmente se encuentran en etapas de vida donde su música tiene un tono diferente al ruido anárquico de su juventud. Aun así, en sus diferentes entrevistas para El Diario, Cabello y Wincho dejaron la puerta abierta para un posible reencuentro.
“Una cosa que nos gustaría hacer es sentarnos a grabar y hacer un disco. Tenemos un chat de la banda donde compartimos ideas, Alberto a veces me toca la puerta y yo le toco la puerta a Pingüino, y decimos ‘mira vamos a sentarnos a hacer maquetas o cosas’. Yo sí creo que hay ganas de hacer eso y estamos a tiempo de hacerlo”, afirmó Wincho Schafer.
Cabello reconoce que no hay un plan inmediato para resucitar a Sentimiento Muerto, pero tampoco es algo que descarta, sobre todo si se dan las condiciones creativas y económicas. “A mí me gustaría que el libro y el vinilo se vendan, y que cuando la gente tenga el libro en su casa o escuche el vinilo funja como catalizador para lograr que hagamos algo nuevo. La logística es complicada, pero las ganas las hay”, aseguró.
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